De repente, Isabelle entró aparentemente de la nada, batiendo sus alas ansiosamente en su impaciente acercamiento. Dejó escapar un grito agudo mientras aterrizaba en mis brazos, agitando sus alas mientras luchaba por enderezarse. Riendo, sonreí hacia ella y sus ojos brillaban maravillosamente. La vi agarrando mi antebrazo, repiqueteándome y torciendo mi nacarada piel. Miró agradecidamente a Sam antes de volver su mirada penetrante de nuevo a mí. ―Hola niña. ―Canté, mi voz suave y renacida. Sam carcajeó ligeramente. ―está feliz de que estés de vuelta. Isabelle sacudió sus plumas mientras me adentraba en el prado, recordando su belleza, su calidez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios.
Te pido evitar el spam y/o los insultos, si se da el caso tu comentario no será visible :D